lunes, 26 de septiembre de 2022

Grazia Deledda


 

En la isla de Cerdeña (Italia), nace Grazia, escritora italiana que ganará el Premio Nobel de Literatura en 1926.

Empezó a destacar como escritora con algunos relatos que publicó la revista L'ultima moda. Su primera obra de éxito puede considerarse que fue En el azul (1890). Sus primeras obras oscilaban entre la narrativa y la poética. De ellas destaca Paisajes sardos (1896). Tras casarse con Palmiro Madesani, funcionario del Ministerio de Finanzas al que conoció en Cagliari en octubre de 1899,​ se trasladó a Roma. Tras la publicación de Almas honestas (1895) y de El viejo de la montaña (1900), además de sus colaboraciones en la revista La Sardegna, Piccola rivista y Nuova Antologia, la crítica empezó a interesarse por sus obras.

En 1903 publicó Elias Portolu que la consagró como escritora e inició una buena serie de novelas y obras de teatro: Cenizas (1904), La hiedra (1906), Hasta el límite (1911), Colombi e Sparvieri (1912), Cañas al viento (1913), El incendio en el olivar (1918), El Dios de los vientos (1922).

Su obra fue alabada por Luigi Capuana y Giovanni Verga además de por otros escritores más jóvenes como Enrico Thovez, Pietro Pancrazi y Renato Serra. En Elías Portolu (1903) evocó la Cerdeña decadente de principios del siglo XX; su mundo es poético, pero primitivo y cerrado. La sociedad descrita es arcaica e inmovilista, y sus personajes aparecen dominados por extraños conceptos intransigentes y supersticiosos de la existencia humana, de una moralidad sumamente convencional…​

Varias de sus historias fueron llevadas al cine. Entre ellas, Cenizas, película de 1916 interpretada por Eleonora Duse, y dirigida por Febo Mari y Arturo Ambrosio. La Grazia, de 1929, dirigida por Aldo De Benedetti, fue una de las últimas películas mudas del cine italiano. En 1950 se realizó la película L´Edera (en inglés se llamó Devotion y en Italia se conoció como Delitto per amore) basada en la novela del mismo nombre, dirigida por Augusto Genina.

La narrativa de Grazia Deledda se basa en vivencias poderosas de amor, dolor y de muerte sobre las que planea el sentido del pecado, de la culpa, y la conciencia de una inevitable fatalidad. Se ha considerado que estaba muy influenciada por el verismo de Giovanni Verga pero también a veces, por el decadentismo del que representó Gabriele D'Annunzio, además de por León Tolstoi.

En las novelas de Grazia Deledda siempre hay un fuerte vínculo entre lugares y personas, entre los estados de ánimo y el paisaje que se representa, que es el de su áspera Cerdeña natal, que sin embargo no aparece siguiendo los esquemas tópicos veristas regionales ni tampoco con la fantástica coloración que utiliza D'Annunzio, sino que se reviven a través de los mitos.

La crítica ha encasillado su obra en uno u otro -ismo: regionalismo, verismo, decadentismo... Algunos críticos sin embargo prefieren reconocerle, como es de ley para los grandes autores, una poética propia y original, en tanto en cuanto se halla perfectamente integrada en el contexto del siglo XX europeo, en la que todo aparece sin que llegue a pertenecer a ningún movimiento en exclusiva.