miércoles, 11 de marzo de 2020

HEDY LAMARR

 

Hedwig Eva Maria Kiesler, conocida como Hedy Lamar​. Fue inventora de la primera versión del espectro ensanchado que permitiría las comunicaciones inalámbricas de larga distancia.​
Después de una breve carrera cinematográfica en Checoslovaquia, incluida la polémica película llamada Éxtasis, huyó de su marido, un rico fabricante austriaco de municiones, y se trasladó en secreto a París. Viajando a Londres,​ conoció al jefe del estudio de Metro-Goldwyn-Mayer, Louis B. Mayer, quien le ofreció un contrato de cine en Hollywood. Se convirtió en una estrella de cine con su actuación en Argel.​ Sus películas con MGM incluyen Lady of the Tropics, Boom Town, H.M. Pulham, Esq. y White Cargo. Su mayor éxito fue como Dalila en Sansón y Dalila, dirigida por Cecil B. DeMille.
Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, ella y el compositor George Antheil desarrollaron la patente de un sistema de guía por radio para torpedos aliados que utilizaba el espectro ensanchado y la tecnología de salto de frecuencia para vencer la amenaza de interferencias por parte de las potencias del Eje.​ Aunque la Armada de los Estados Unidos no adoptó la tecnología hasta la década de 1960,​ los principios de su trabajo se incorporan a la tecnología Bluetooth y son similares a los métodos utilizados en las versiones heredadas de Wi-Fi. Este trabajo llevó a su incorporación al National Inventors Hall of Fame en 2014.
Fue la única hija de un matrimonio de judíos secularizados. Su madre, una pianista nacida en Budapest, y su padre, un banquero nacido en Leópolis, pertenecían a familias judías burguesas. Desde pequeña destacó por su inteligencia y fue considerada por sus profesores como superdotada. Empezó sus estudios de ingeniería a los 16 años, pero tres años más tarde, en 1933, abandonó la ingeniería atraída por su vena artística y empezó a actuar en el teatro berlinés como alumna del director Max Reinhardt. Así inició su carrera cinematográfica, y pronto sería mundialmente famosa por la secuencia de la película Éxtasis, en la que aparece completamente desnuda, primero al borde de un lago y, luego, corriendo por la campiña checa. Por dicha escena se la conocería como la primera mujer en la historia del cine que apareció desnuda en una película comercial.​ Atraído por esta película, el magnate de la industria armamentística Friedrich Mandl arregló con sus padres un casamiento de conveniencia y fue prometida en matrimonio en contra de su voluntad. Hedy calificó posteriormente esa época como de auténtica esclavitud.



Su marido Friedrich Alexander Maria Fritz Mandl, de familia católica, era proveedor de municiones, de aviones de combate y de sistemas de control de Adolf Hitler y de Benito Mussolini, según narra Lamarr en sus memorias. Esas ventas de material militar fueron realizadas durante la ocupación italiana de Abisinia. Tras casarse el 10 de agosto de 1933, él intentó infructuosamente hacerse con todos los ejemplares existentes de la película en la que su esposa aparecía desnuda. Muy celoso, la obligaba a acompañarle en todas las cenas y viajes de negocios. Fue encerrada en casa y sometida a un estricto control. Hedy tuvo que abandonar su incipiente carrera cinematográfica, y cualquier otro tipo de actividad que no fuera la de simple comparsa de Mandl.
Por otra parte, Hedy había aprovechado su soledad para continuar sus estudios de ingeniería, y utilizó su inteligencia para obtener de los clientes y proveedores de su marido los pormenores de la tecnología armamentística de la época que cedió a las autoridades de los Estados Unidos años más tarde; igualmente algunas reuniones le sirvieron de guía para idear y patentar, en los años 1940, la técnica de conmutación de frecuencias, que le devolvería notoriedad en los últimos años de su vida.
Durante su enclaustramiento mantuvo una relación sentimental con su asistenta que le sirvió para obtener la ayuda necesaria para escapar. En una rocambolesca historia de amor, Hedy consiguió la infraestructura necesaria para preparar un completo plan de fuga y escapar para siempre de las garras de su marido. Se deslizó por la ventana del baño de un restaurante y huyó en automóvil hasta París, seguida de cerca por los guardaespaldas de su marido, aunque la versión que ella misma cuenta en su autobiografía es algo diferente: administró un somnífero a su asistenta y pudo salir de su casa disfrazada de ésta. De esta manera pudo llegar a la estación de tren y viajar hasta París por este medio.
En 1937 Lamarr escapó al fin de Mandl. Ya en París, consiguió viajar más tranquilamente a Londres. Allí conoció a Louis B. Mayer, el empresario de la Metro Goldwyn Mayer. Vendió sus joyas y huyó a los Estados Unidos, en el mismo barco en que él regresaba, para convencerlo de que la contratara como actriz. Al llegar a tierra, ya tenía un contrato de siete años y un nuevo nombre: Hedy Lamarr.​
Así renació, pues volvió de nuevo a su vida como actriz. Había actuado hasta entonces en la película checoslovaca Éxtasis y en cuatro películas alemanas además de la citada: Dinero en la calle, La mujer de Lindenau, Las aventuras del señor O. F y No necesitamos dinero. Gracias a su fama, le fue posible viajar a Hollywood, donde sería protegida por Louis B. Mayer quien, además, le daría un nuevo nombre inspirado en la actriz Barbara La Marr, antigua amante de Louis, que falleció en trágicas circunstancias.
 

Tras el estreno de su primer largometraje en los EE. UU., Algiers, junto con Charles Boyer, y bajo contrato con la MGM, empezó a destacar en Hollywood con Lady of the Tropics, y con I Take This Woman. Hedy Lamarr trabajó entre otros con King Vidor, Jacques Tourneur, Robert Stevenson y Cecil B. DeMille. No tuvo, sin embargo, demasiado éxito al elegir sus películas en otras ocasiones. De todos modos, estas fueron bastante numerosas, pues hizo unas treinta en su carrera, la mitad de las cuales fueron realizadas hasta 1945. Trabajó en el cine hasta 1958.
En 1965, Lamarr firmó con la propia Metro-Goldwyn-Mayer un contrato de 200 000 dólares por publicar sus memorias. La productora encargó a dos Escritores Fantasmas, Leo Guild y Cy Rice, la transcripción de 50 horas de conversación y confidencias, pero el resultado final disgustó profundamente a la actriz, quien trató de detener la publicación sin éxito.​ La primera versión en castellano fue editada por Grijalbo en México (1968); medio siglo más tarde llegaría la edición española, a cargo de la editorial especializada en libros de cine Notorious.

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