Lavinia Fontana, pintora italiana del primer barroco. Fue una
de las pintoras más importantes de su época, dirigió su propio taller y fue
pintora oficial de la corte del papa Clemente VIII. El catálogo de su obra es
bastante extenso, se tiene constancia de 135 obras suyas, aunque sólo se
conservan 32 fechadas y firmadas.
Lavinia Fontana, nació en 1552 en
Bolonia (Italia), ciudad en la que se percibe un gran ambiente cultural en la
época, prueba de ello es la construcción de la primera universidad del mundo.
Además, también es una ciudad que destaca por su progresismo, de hecho, la
Universidad de Bolonia fue la primera en aceptar a mujeres para que cursaran
sus estudios. Fue hija del pintor Prospero Fontana, pintor de la escuela de
Bolonia, que le enseñó el oficio. El estilo de Fontana fue, efectivamente, muy
cercano al manierismo tardío que practicaba su padre. Ya desde muy joven se
hizo un nombre como pintora de pequeñas obras de gabinete, principalmente
retratos. La mayoría de las mujeres que en esta época se dedicaron a la
pintura, aprendieron con sus padres. Y muchas se casaron con otro pintor del
mismo taller, lo que facilitaba que pudieran seguir dedicadas a ese trabajo.
También es el caso de Fontana que se casó en 1577, con 25 años, con Gian Paolo
Zappi. También era pintor del taller de Prospero Fontana y miembro de una
familia noble. Tuvo once hijos con él. Siguió pintando durante su matrimonio
para ayudar a la familia mientras su esposo se encargaba de la casa y asistía a
su mujer como ayudante. Zappi, también ayudaba a su esposa en las labores
artísticas, se dice que le ayudaba a realizar el fondo de sus obras. En 1603,
tras la muerte de su padre, se muda permanentemente a Roma. Aquí fue elegida
pintora oficial de la corte del papa Clemente VIII. También obtuvo el mecenazgo
de los Boncompagni. Fue elegida como miembro de la Academia di San Luca. Con la
muerte del papa Clemente VIII en 1605 fue designada retratista de la corte del
papa Paulo V.
Lavinia Fontana consiguió una
fortuna que utilizó en obtener una gran colección de antigüedades. Hasta su
muerte en Roma en 1614, Fontana recibió varios reconocimientos, en 1611 se
acuñó una medalla en su honor realizada por el escultor Felipe Antonio Casoni,
en la que se le representa de perfil por el anverso, y de frente a su caballete
en el reverso.
Lavinia Fontana, fue una de las
artistas femeninas más reconocidas en el Renacimiento junto a Sofonisba
Anguissola. Se puede apreciar la influencia de la pintora de Cremona, en su
gusto por los detalles y su excelente técnica a la hora de recrear joyas y
tejidos. Trabajaron en el mismo contexto, como cualquier pintor masculino,
aceptando encargos de particulares y viviendo de sus ingresos como artistas. Su
producción es la mayor de una mujer antes del siglo XVIII. Se conservan,
firmadas y fechadas, 32 pinturas, pero documentadas hay más de 135. Se observa,
claramente, la influencia de su padre en las primeras obras, desarrollando un
arte religioso claro, directo y fácil. Fue educada rodeada de grandes artistas
como Ludovico Carracci del que también tuvo influencia, utilizando colores
fuertes que eran característicos de la escuela veneciana. Gracias a ello, pudo
desarrollar un estilo propio. Adquirió gran fama en Bolonia, y dicha fama se
extendió por toda Italia. Como su padre, Fontana obtuvo su fama gracias a sus
excelentes retratos. En sus retratos, los modelos posan de forma natural y
destaca su gran capacidad para pintar la ropa y las joyas. Gradualmente fue
adoptando el estilo clasicista de los Carracci, contemporáneos y protagonistas
de la escena artística boloñesa con su academia de postulados clasicistas
opuestos tanto al manierismo como al naturalismo de Caravaggio, a quienes se
unieron posteriormente Guido Reni y Domenico Zampieri, con un colorido fuerte
casi veneciano. Recibió la influencia de artistas como Correggio y Scipione
Pulzone. Fue admitida en la Academia de Roma. Cabe destacar que Fontana llegó
a pintar desnudos, tanto masculinos como femeninos, en sus pinturas religiosas
y mitológicas de gran formato lo que era excepcional en una pintora.
Lavinia Fontana, pintora italiana del primer barroco. Fue una
de las pintoras más importantes de su época, dirigió su propio taller y fue
pintora oficial de la corte del papa Clemente VIII. El catálogo de su obra es
bastante extenso, se tiene constancia de 135 obras suyas, aunque sólo se
conservan 32 fechadas y firmadas.
Lavinia Fontana, nació en 1552 en
Bolonia (Italia), ciudad en la que se percibe un gran ambiente cultural en la
época, prueba de ello es la construcción de la primera universidad del mundo.
Además, también es una ciudad que destaca por su progresismo, de hecho, la
Universidad de Bolonia fue la primera en aceptar a mujeres para que cursaran
sus estudios. Fue hija del pintor Prospero Fontana, pintor de la escuela de
Bolonia, que le enseñó el oficio. El estilo de Fontana fue, efectivamente, muy
cercano al manierismo tardío que practicaba su padre. Ya desde muy joven se
hizo un nombre como pintora de pequeñas obras de gabinete, principalmente
retratos. La mayoría de las mujeres que en esta época se dedicaron a la
pintura, aprendieron con sus padres. Y muchas se casaron con otro pintor del
mismo taller, lo que facilitaba que pudieran seguir dedicadas a ese trabajo.
También es el caso de Fontana que se casó en 1577, con 25 años, con Gian Paolo
Zappi. También era pintor del taller de Prospero Fontana y miembro de una
familia noble. Tuvo once hijos con él. Siguió pintando durante su matrimonio
para ayudar a la familia mientras su esposo se encargaba de la casa y asistía a
su mujer como ayudante. Zappi, también ayudaba a su esposa en las labores
artísticas, se dice que le ayudaba a realizar el fondo de sus obras. En 1603,
tras la muerte de su padre, se muda permanentemente a Roma. Aquí fue elegida
pintora oficial de la corte del papa Clemente VIII. También obtuvo el mecenazgo
de los Boncompagni. Fue elegida como miembro de la Academia di San Luca. Con la
muerte del papa Clemente VIII en 1605 fue designada retratista de la corte del
papa Paulo V.
Lavinia Fontana consiguió una
fortuna que utilizó en obtener una gran colección de antigüedades. Hasta su
muerte en Roma en 1614, Fontana recibió varios reconocimientos, en 1611 se
acuñó una medalla en su honor realizada por el escultor Felipe Antonio Casoni,
en la que se le representa de perfil por el anverso, y de frente a su caballete
en el reverso.
Lavinia Fontana, fue una de las
artistas femeninas más reconocidas en el Renacimiento junto a Sofonisba
Anguissola. Se puede apreciar la influencia de la pintora de Cremona, en su
gusto por los detalles y su excelente técnica a la hora de recrear joyas y
tejidos. Trabajaron en el mismo contexto, como cualquier pintor masculino,
aceptando encargos de particulares y viviendo de sus ingresos como artistas. Su
producción es la mayor de una mujer antes del siglo XVIII. Se conservan,
firmadas y fechadas, 32 pinturas, pero documentadas hay más de 135. Se observa,
claramente, la influencia de su padre en las primeras obras, desarrollando un
arte religioso claro, directo y fácil. Fue educada rodeada de grandes artistas
como Ludovico Carracci del que también tuvo influencia, utilizando colores
fuertes que eran característicos de la escuela veneciana. Gracias a ello, pudo
desarrollar un estilo propio. Adquirió gran fama en Bolonia, y dicha fama se
extendió por toda Italia. Como su padre, Fontana obtuvo su fama gracias a sus
excelentes retratos. En sus retratos, los modelos posan de forma natural y
destaca su gran capacidad para pintar la ropa y las joyas. Gradualmente fue
adoptando el estilo clasicista de los Carracci, contemporáneos y protagonistas
de la escena artística boloñesa con su academia de postulados clasicistas
opuestos tanto al manierismo como al naturalismo de Caravaggio, a quienes se
unieron posteriormente Guido Reni y Domenico Zampieri, con un colorido fuerte
casi veneciano. Recibió la influencia de artistas como Correggio y Scipione
Pulzone. Fue admitida en la Academia de Roma. Cabe destacar que Fontana llegó
a pintar desnudos, tanto masculinos como femeninos, en sus pinturas religiosas
y mitológicas de gran formato lo que era excepcional en una pintora.