Amelia era hija de Samuel
"Edwin" Stanton Earhart y Amelia "Amy" Earhart. Pasó buena
parte de su infancia en Atchison (Kansas) con sus abuelos maternos, quienes le
proporcionaron un estilo de vida lleno de comodidades. Durante su infancia, Amelia dio muestras de
una personalidad inquieta y audaz, pues se involucraba en actividades
atribuidas a los chicos: escalaba árboles, se deslizaba en trineo y disparaba a
ratas con un rifle. También tenía como pasatiempo reunir recortes de periódicos
de mujeres famosas que sobresalían en actividades tradicionalmente
protagonizadas por hombres.
En 1905, a los ocho años, se mudó
junto a su familia a Des Moines (Iowa), pues su padre había conseguido allí un empleo
de ejecutivo. Cuando tenía diez años, tuvo la oportunidad de ver su primer
aeroplano en una feria estatal.
Durante la Primera Guerra Mundial
se enroló como voluntaria en labores de enfermería junto a su hermana en la
ciudad de Toronto, Canadá, donde atendió a los pilotos heridos en combate.
También aprovechó la ocasión para visitar un campo del Cuerpo Aéreo Real. En
1920 su familia pudo reunirse nuevamente en California. Para ese tiempo Amelia
asistió a un espectáculo aéreo en Long Beach y quedó prendada definitivamente
de los aviones. Consiguió que la llevaran a bordo de un biplano en el que voló
durante diez minutos sobre Los Ángeles.
Sus primeras clases de aviación
las obtuvo de la instructora Neta Snook, otra piloto pionera. Durante esa época
logró adquirir un prototipo del aeroplano Kinner al que llamó «el Canario», en
el que sufrió algún que otro accidente, cosa común en esa época por la poca
fiabilidad de los motores y la lentitud de las aeronaves. Su instructora no le
daba mucha credibilidad como piloto, una opinión que no abandonaría durante su
carrera. Ya en octubre de 1922 consiguió su primer récord de altitud al volar a
14 000 pies (4267 metros) de altura. Para 1923 obtuvo la licencia de piloto de
la Federación Aeronáutica Internacional, siendo la decimosexta mujer en
recibirla. Amelia dejó por un tiempo la aviación y compró un automóvil, al que
puso el sobrenombre de The Yellow Peril.
En 1927 se unió a la Asociación
Aeronáutica Nacional. Se dedicó a invertir dinero para construir una pista de
aterrizaje, vendió aviones Kinner y promovió la aviación, especialmente entre
mujeres. Ya comenzaba a hacerse un nombre en la sociedad. El Boston Globe la reconocía
como una de las mejores pilotos de Estados Unidos. En abril de 1928, Amelia
recibió una llamada que cambiaría su vida: el capitán H.H. Railey le preguntó
si quería ser la primera mujer en cruzar el océano Atlántico. La idea de la
aventura había sido de Amy Guest, una aristócrata estadounidense que había
adquirido un Fokker F.VII. En un primer momento, ella era quien pilotaría la
nave, pero, por presiones de su familia, había desistido. Entonces, la familia
Guest contrató a George Putnam, un publicista de Nueva York, para que
encontrase la mujer indicada. Después de conocer a los coordinadores de la
travesía, se decidió que Amelia acompañara al piloto Wilmer Stultz y al
mecánico Louis Gordon. La nave fue bautizada como Friendship, y despegó el 3
de junio de 1928 hacia Halifax, Nueva Escocia. Tras esperar a que mejorase el
tiempo, partieron hasta el 18 rumbo a Europa. Llegaron a Burry Port, en el sur
de Gales, y no a Irlanda, como habían
planeado. La misma Amelia reconoció que todo el trabajo lo hicieron los
pilotos, pero al llegar los reporteros los ignoraron y la abordaron a ella. Después
recibió felicitaciones del mismo presidente Calvin Coolidge. A raíz de este
viaje empezó a ser conocida como Lady Lindy, por su parecido al aviador Charles
Lindbergh.
Su fama creció en los medios de
comunicación y comenzó a dar conferencias gracias al trabajo de Putnam. Él la
ayudó a publicar su libro Veinte horas, cuarenta minutos, y también la
acompañaba a todas partes. Fue tal la afinidad entre ambos que contrajeron
matrimonio en 1931. Earhart continuó impulsando la aviación entre las mujeres,
tanto que organizó una carrera aérea para mujeres a través del país en 1929, de
Los Ángeles a Cleveland, que fue llamada The powder-puff derby. Fundó la
organización Las noventa y nueve en su habitación de hotel en Cleveland con otras
pilotos, pues incluía a 99 miembros. Fue su primera presidenta. En 1930 ayudó a
formar y fue vicepresidenta de relaciones públicas de una aerolínea entre Nueva
York, Filadelfia y Washington. Su carrera como aviadora no fue interrumpida,
pues rompió récords de velocidad para mujeres en su Lockheed Vega. A esta
altura de su vida sentía que era la oportunidad de hacer un vuelo sola por el
Atlántico, pues otras mujeres estaban a punto de intentarlo, y George la
estimulaba para mantener su nombre en primer plano. Hasta 1932 nadie había
hecho un viaje en solitario desde Lindberg. Ella haría el viaje desde Harbour
Grace, Terranova y Labrador, a Gran Bretaña. El 20 de mayo, exactamente 5 años
después de Lindy, montada en un Lockheed Vega modificado, realizó el viaje. Puesto
que no tomaba café o té, Amelia se mantenía despierta oliendo sales. Sólo
llevaba un termo con sopa y una lata de jugo de tomate. Llegó fuera del punto
planeado en Derry, en el norte de Irlanda.
En esa travesía impuso más
marcas: primera mujer en hacer un vuelo solitario en el Atlántico, primera
persona en hacerlo dos veces, la distancia más larga volada por una mujer sin
parar y récord por cruzarlo en el menor tiempo. Los reconocimientos se
acumularon. Hizo un tour por Europa; en Nueva York hizo un recorrido bajo una
lluvia de pasquines; el presidente Hoover la condecoró con la medalla dorada
especial de la National Geographic Society; recibió las llaves de varias ciudades;
fue votada la mujer más destacada del año. El congreso la condecoró con la
Distinguished Flying Cross, otorgada por primera vez a una mujer.
En 1934 anunció a George que la
próxima aventura sería un vuelo a través del Pacífico, desde Hawái a California,
y después a Washington. Diez pilotos lo habían intentado y murieron. Salió de
Honolulu el 11 de enero de 1935 y aterrizó en Oakland, California, ante una
multitud que la vitoreaba. Roosevelt le envió sus felicitaciones. Ese mismo año
realizó el primer viaje solitario de Los Ángeles a Ciudad de México, y de allí
a Newark, Nueva Jersey. Ya en 1935 comenzó a planear hacer un viaje alrededor
del mundo. El Lockheed Electra 10E fue la máquina elegida. De realizarlo
marcaría dos hitos: la primera mujer en hacerlo y la mayor distancia posible
circunnavegando el globo en su ecuador. Según ella era el vuelo que le quedaba
por realizar. Fred Noonan fue escogido como navegante por su experiencia en el
vuelo sobre el Océano Pacífico; además, llevarían otros dos tripulantes como
técnicos. La primera etapa sería de Oakland, California, a Hawái el 17 de marzo
de 1937. Sin embargo, cuando despegaba cerca de Pearl Harbor tuvo problemas y
el aeroplano se deslizó fuera de control. Hubo daños considerables. Uno de los
tripulantes atribuyó a Amelia la responsabilidad del accidente. El Electra fue
enviado de regreso a California para reparaciones y Amelia continuó los planes
para hacer otro intento. Esta vez el curso del viaje sería hacia el este. De
ahora en adelante sólo viajarían Noonan y Earhart. Después de recibir al
Electra partió de Los Ángeles hacia Florida el 21 de mayo de 1937. El 1 de
junio salieron de Miami, y su primer destino fue San Juan, Puerto Rico, de ahí
voló a Caripito, al oriente de Venezuela, bordeando luego Sur América con rumbo
a África y el Mar Rojo. Desde allí realizó un vuelo inédito en la historia de
la aviación, hacia Karachi en Pakistán. Después se dirigieron rumbo a Calcuta
el 17 de junio. Posteriormente sus destinos fueron Rangún (Birmania), Bangkok,
Singapur y Bandung. En Bandung en la isla indonesia
de Java hubo retraso por el mal tiempo y a la aeronave se le realizaron
reparaciones. Pero lo más grave fue que Amelia enfermó de disentería. Partieron
de allí el 27 de junio hacia Darwin en Australia, donde mandó los paracaídas de
regreso por que no serían necesarios —según ella—en lo que restaba del viaje. Llegó
a Lae, Papúa Nueva Guinea el 29 de junio con 35.405 kilómetros volados y 11.265
por recorrer. En ese lugar se comunicó con el Herald Tribune. Las fotos la
mostraban enferma y cansada. Partió a las 0:00 GMT el 2 de julio. Se cree que
el avión tenía 2.000 galones de combustible para 20 ó 21 horas de vuelo, pero
la situación atmosférica no era la más favorable pues estaba nuboso y con
lluvias intermitentes.
En lo restante mantendría
comunicación con el guardacosta estadounidense Itasca. A las 7:20 GMT reportó
su posición a 232 kilómetros al suroeste de las Islas Nukumanu. A las 8:00 GMT
hizo su último contacto de radio con Lae donde se les comunicó que el avión
volaba en curso a la Isla Howland a 3.657 metros de altura. Sin embargo nunca
se supo el rumbo que siguió tras alcanzar Nukumanu. Después hubo algunas
transmisiones cortas al Itasca, pero no pudo averiguarse su posición porque los
mensajes eran demasiado breves. A las 19:30 GMT se recibió el siguiente
reporte: «KHAQQ llamando al Itasca. Debemos estar encima de ustedes, pero no
los vemos... El combustible se está agotando...» A las 20:14 GMT el guardacosta
recibió el último mensaje dando su posición; hacia las 21:30 GMT determinaron
que el avión pudo haberse estrellado en el mar y entonces comenzó la búsqueda.
Se ha establecido que el
aeroplano cayó de 56 a 160 kilómetros de la costa de la isla Howland. Se
vislumbró una chalupa, pero al final no se encontró nada. De acuerdo con los
expertos se cree que el avión pudo haber flotado debido a los tanques vacíos.
El presidente Franklin D. Roosevelt autorizó la búsqueda con 9 barcos y 66
aviones, una operación de un costo de 4 millones de dólares. Alrededor del 18
de julio el rastreo fue abandonado en el área de Howland. George Putnam buscó
más ayuda para continuar, pero las esperanzas de encontrarlos fueron ya
inexistentes. Un faro fue construido en 1938 en la isla Howland en su honor. De
su desaparición ha habido multitud de teorías acerca de su final y el de su
compañero, así como expediciones en búsqueda de sus restos.
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