María de Maeztu y Whitney nació el 18 de julio de 1881 en
Vitoria, hija de Juana Whitney, hija de un diplomático británico nacida en Niza
y posteriormente fundadora y directora de la Academia Maeztu, y del ingeniero
Manuel de Maeztu y Rodríguez, hacendado cubano de ascendencia navarra nacido en
Cienfuegos. Sus padres se conocieron en París cuando su madre tenía 16 años y
se establecieron en Vitoria. La pareja tuvo cinco hijos: Ramiro, Ángela,
Miguel, María y Gustavo. Formaba parte de la "prestigiosa y dura familia
de los Maeztu". La muerte del padre en Cuba en 1898 y confusos problemas
administrativos en torno a su herencia y el hundimiento en 1894 de los negocios
familiares en Cuba, dejaron a Juana Whitney y sus hijos en situación precaria.
La familia tuvo que trasladarse a Bilbao, ciudad en la que Juana montó la
Academia Anglo-Francesa, donde Juana impartía inglés y Ángela francés.
María de Maeztu se licenció por la Escuela Normal de
Magisterio y también colaboró en la academia de su madre hasta que en 1902
comenzó a ejercer como maestra en una escuela pública de Santander, desde donde
fue trasladada a Bilbao cinco meses después; terminando su periplo en Madrid en
1909. Continuó entretanto su formación
universitaria. Habiendo obtenido el bachiller en el Instituto de Vitoria en
1907, dos años después se matriculó como alumna no oficial en la Universidad de
Salamanca, completando los estudios en Madrid, donde se licenció en Filosofía y
Letras en 1915.
La formación internacional de Maeztu prosiguió en los
siguientes años, viajando a Bruselas y a
Alemania, en cuya Universidad de Marburgo fue alumna de Paul Natorp y de
Nicolai Hartmann en 1912. Este viaje fue sugerido por Ortega y Gasset para
conocer el pensamiento del segundo movimiento neokantiano alemán. De regreso a
Madrid, ingresó en el Centro de Estudios Históricos, en el círculo de José
Ortega y Gasset.
En la primavera de 1919 María de Maeztu visitó el Smith
College, la universidad privada femenina estadounidense ubicada en Northampton,
Massachusetts, y en esta visita le fue otorgado un título honorario en la
ceremonia de graduación del college celebrada el 17 de junio de 1919. Esto la
dotó de unas credenciales académicas en Estados Unidos que le sirvieron para
establecer unos lazos permanentes de colaboración con diversas universidades
norteamericanas.
La Residencia Internacional de Señoritas, creada en Madrid por la Junta de
Ampliación de Estudios, le fue encomendada su organización y dirección. Cargo
que desempeñó entre 1915 y 1936 y que se convertiría en el gran proyecto de su
vida.
La Residencia de Señoritas supuso un éxito inmediato que
compartía sus objetivos con el Instituto Internacional dirigido por Susan
Huntington en Estados Unidos. Era una microcomunidad de conocimiento femenino.
Fruto de su relación con Hutington fueron los viajes que realizó a aquel país
con los que consiguió establecer el primer programa de estudio para mujeres en
el extranjero. En 1923 todas estas colaboraciones se englobaron bajo un
convenio bilateral de colaboración, articuladas en cuatro tipos de iniciativas:
intercambio de alumnas, lectorados en el extranjero, becas de investigación e
intercambio de material de laboratorios y bibliográfico.
A la Residencia podía acceder cualquier muchacha mayor de 17
años que hiciera sus estudios en Madrid o preparase su ingreso en las facultades
universitarias, Escuela Superior de Magisterio, Escuela Normal, Escuela Hogar o
que privadamente estuviese ampliando su formación científica. También se
admitía alumnas extranjeras y externas. Se les ofrecía además de residencia
clases y cursos dados en sus dependencias. Así había clases complementarias de
Pedagogía y Filosofía dadas por Maeztu. El éxito fue rotundo y pronto sucedió
que el número de estudiantes de licenciaturas y doctorados sobrepasara a las
aspirantes a maestras. Además era lugar de encuentro con conferencias y cursos
cuyo público era eminentemente femenino. Entre las más destacadas figuran la
poeta Concha Méndez, las abogadas Victoria Kent y Matilde Huici, la posterior
diputada republicana Francisca Bohigas, las periodistas María Luz Morales y
Josefina Carabias, la física Felisa Martín Bravo o las médicas Cecilia García
de Cosa y Elisa Soriano. Una de las figuras más relevantes que visitaron la
Residencia fue Gabriela Mistral que se alojó allí en diciembre de 1924. En
1931 Marie Curie se alojó también durante su estancia en Madrid. Ese mismo año
en octubre Victoria Ocampo, directora de la revista Sur argentina, pronunció
una conferencia sobre Harlem y en 1935 dio otra con el título "Supremacía
del alma y de la sangre". María Montessori también residió cuando estuvo
en Madrid dando conferencias sobre su método en 1934.
María de Maeztu consiguió compatibilizar su tarea en la
Residencia de Señoritas con la dirección de uno de los departamentos del
Instituto Escuela puesto en marcha también por la JAE en 1918, donde pudo abrir
aún más el abanico de sus ideas pedagógicas. Maeztu lo definió como la primera
escuela activa oficial de España. Para ella, lo importante no es que el
alumnado infantil aprendiera y repitiera sino que reflexionara, constatara y
ejecutara. Por ello, todas las enseñanzas habían de partir de los hechos y de
la observación de fenómenos. Puso especial empeño en que no hubiera libros de
texto sino que el alumnado tomara sus propios apuntes desde el inicio de sus
estudios para que se acostumbrara a interpretar lo que oía.
En 1926 María de Maeztu fue confundadora y primera presidenta
del Lyceum Club Femenino a semejanza de los ya existentes en Europa; si bien
desde un principio ella abogaba por un club mixto, tuvo que aceptar el
reglamento internacional que regía en Europa. El Lyceum tenía como objetivo
fomentar el espíritu colectivo de las mujeres y ser también un lugar abierto a
las mujeres casadas que no querían tener como único horizonte las cuatro
paredes del hogar. Se inauguró con ciento cincuenta socias de todas las
tendencias. Siguiendo el modelo internacional, dispuso de secciones de
Literatura, Ciencias, Artes Plásticas e Industriales, Social, Música e
Internacional. Maeztu organizaba cursillos, conferencias, conciertos,
exposiciones, a cargo de intelectuales, científicos y de artistas nacionales y
extranjeros. Durante la dictadura de Primo de Rivera, María de Maeztu,
respaldada por su hermano Ramiro, aceptó —junto con otras 12 mujeres— ser
miembro de la Asamblea Nacional, en la sección dedicada a la educación. Entre
1926 y 1929 realizó varios viajes a América: Argentina, Uruguay y México donde
impartió cursos sobre educación y conferencias sobre la cultura española.
Además fue delegada de España en diferentes Congresos de Educación en Europa y
América. Más tarde, en 1930, fue vocal del Consejo de Instrucción Pública, y en
1934 miembro del Consejo Nacional de Cultura. Accedió a la docencia
universitaria en 1932, en la recién creada Sección de Pedagogía de la Facultad
de Filosofía y Letras de la Universidad Central, cargo que ostentó hasta 1936.
Al estallar la Guerra Civil en 1936, el fusilamiento de su
hermano Ramiro, intelectual noventayochista que tras una juventud en el
liberalismo radical había evolucionado hacia la ideología de la derecha nacionalista,
supuso un duro golpe para María. Apartada de su puesto en la Residencia de
Señoritas —otras fuentes citan que dimitió—, salió de España y tras haber
pasado por Estados Unidos llegó a Buenos Aires, donde fijó su residencia y en
cuya Universidad se le concedió la cátedra de Historia de la Educación, que mantuvo
hasta su muerte. En este exilio fue ayudada por sus amigas Gabriela Mistral,
que le ofreció a María su casa en Lisboa, y Victoria Ocampo que a finales de
mayo de 1937 le ofreció asistir a un congreso de Historia en Buenos Aires para
impartir un ciclo de conferencias. Esto hizo que se animara a establecer su
residencia en la capital argentina, tras rechazar la cátedra de Literatura
Española en el Bernard College de la Universidad de Columbia, en Estados
Unidos. En Buenos Aires se dedicó a dar conferencias, impartir cursos, escribir
artículos y libros. Intentó crear una nueva Residencia pero no hubo presupuesto
para ella. Viajó a España en enero de 1947, con motivo de la muerte de su
hermano Gustavo, y pronunció un discurso con ocasión de la inauguración de la
Cátedra Ramiro de Maeztu en la Universidad Central de Madrid. De vuelta a
Buenos Aires, falleció el año siguiente. Su cadáver fue repatriado al mausoleo
familiar de Estella (Navarra), entre grandes honores.
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