Augusta Ada King, Condesa de
Lovelace, registrada al nacer como Augusta Ada Byron y conocida habitualmente
como Ada Lovelace, fue una matemática, informática y escritora británica,
célebre sobre todo por su trabajo acerca de la calculadora de uso general de
Charles Babbage, la denominada máquina analítica. Entre sus notas sobre la
máquina, se encuentra lo que se reconoce hoy como el primer algoritmo destinado
a ser procesado por una máquina, por lo que se la considera como la primera programadora
de ordenadores. Su madre, Anne Isabella Noel Byron, fue matemática y activista
política y social. Su padre fue el conocido poeta George Byron. Su posición
social y su educación la llevaron a conocer a científicos importantes como
Andrew Crosse, Sir David Brewster, Charles Wheatstone, Michael Faraday y al
novelista Charles Dickens, relaciones que aprovechó para llegar más lejos en su
educación. Entre estas relaciones se encuentra Mary Somerville, que fue su
tutora durante un tiempo, además de amiga y estímulo intelectual. Ada Byron se
refería a sí misma como una científica poetisa y como analista (y metafísica). A
una edad temprana, su talento matemático la condujo a una relación de amistad
prolongada con el matemático inglés Charles Babbage, y concretamente con la
obra de Babbage sobre la máquina analítica. Entre 1842 y 1843, tradujo un
artículo del ingeniero militar italiano Luigi Menabrea sobre la máquina, que
complementó con un amplio conjunto de notas propias, denominado simplemente
Notas. Estas notas contienen lo que se considera como el primer programa de
ordenador, esto es, un algoritmo codificado para que una máquina lo procese.
Las notas de Lovelace son importantes en la historia de la computación. Otros
historiadores rechazan esta perspectiva y señalan que las notas personales de
Babbage de los años 1836/1837 contienen los primeros programas para el motor.
También desarrolló una visión de la capacidad de las computadoras para ir más
allá del mero cálculo o el cálculo de números, mientras que muchos otros,
incluido el propio Babbage, se centraron solo en esas capacidades. Su
mentalidad de "ciencia poética" la llevó a hacer preguntas sobre el
Motor Analítico examinando cómo los individuos y
la sociedad se relacionan con la tecnología como una herramienta de
colaboración.
Como ya he comentado, Ada Lovelace era la única hija
legítima de Anna Isabella y del poeta Lord Byron, quien esperaba que su hijo
fuera un niño y se sintió decepcionado cuando Lady Byron dio a luz a una niña.
Nació el domingo 10 de diciembre de 1815. La niña lleva el nombre de la media
hermana de Byron, Augusta Leigh, y fue llamada "Ada" por el propio
Byron. El 5 de enero del año siguiente, a causa de las desavenencias con su
marido, su madre abandonó el hogar llevándosela con ella mientras Byron dormía.
Annabella se instaló con Ada en una casa que tenían sus padres en Seaham,
Durham. El 16 de enero de 1816, por orden de Lord Byron, Lady Byron se fue a la
casa de sus padres en Kirkby Mallory, llevando a su hija de cinco semanas con
ella. Aunque la ley inglesa en ese momento otorgó la custodia total de los
hijos al padre en casos de separación, Lord Byron no intentó reclamar sus
derechos parentales, pero solicitó que su hermana lo mantuviera informado sobre
el bienestar de Ada. El 25 de abril de 1816 su padre abandonó Inglaterra
huyendo de sus acreedores y del escándalo que se cernía sobre él por los
rumores de incesto. Meses más tarde, Annabella presentó una demanda de
separación. Durante los ocho años que Lord Byron estuvo fuera de su país hasta
su muerte escribía con frecuencia a Augusta y preguntaba por la hija de ambos.
A
Lovelace no se le mostró el retrato familiar de su padre hasta que cumplió 20
años. Lovelace no tuvo una relación cercana con su madre. A menudo la dejaban
al cuidado de su abuela materna Judith, Hon. Lady Milbanke, que la adoraba. Sin
embargo, debido a las actitudes sociales de la época, que favorecían al marido
en cualquier separación, con el bienestar de cualquier niño que actuara como
mitigante, Lady Byron tuvo que presentarse como una madre amorosa para el resto
de la sociedad. Esto incluía escribir cartas de ansiedad a Lady Milbanke sobre
el bienestar de su hija, con una nota de presentación que decía que debía
retener las cartas en caso de que tuviera que usarlas para mostrar preocupación
materna. Desde niña Ada despertó el interés de una sociedad en la que se vivían
continuos escándalos. Su madre puso mucho empeño en protegerla, pero solo lo
consiguió hasta cierto punto.
Lady Byron quería darle una
educación esmerada a su hija, muy parecida a la que ella misma había recibido,
pero más exigente. Ada no se podía relacionar con otros niños sin la previa
aprobación de su madre, por lo que la mayor parte de su infancia la pasó sola o
con adultos. Su educación empezó cuando era muy pequeña; a los cuatro años ya
tenía preceptores e institutrices. Lady Byron le impuso una disciplina estricta
basada en un sistema de recompensas y castigos, y también buscando el estímulo
intelectual con lecturas y relaciones con intelectuales. Puso mucho empeño en
que su hija aprendiera matemáticas, disciplina que ella misma practicaba. En
este contexto, Ada conoce a la matemática y científica escocesa Mary
Somerville, que durante un tiempo fue su tutora. Somerville, en tanto que mujer
científica, se convierte en un importante estímulo y gran influencia en su
vida. Ambas, alumna y tutora, comparten aficiones científicas estableciéndose entre
ellas una gran complicidad.8 Tuvo mala salud, sufrió muchas de las infecciones
infantiles y le dolía la cabeza frecuentemente. A los siete años contrajo una
enfermedad grave, que la mantuvo postrada durante meses. A los catorce quedó
paralítica de las piernas debido a un sarampión, lo cual hizo que dedicara
largas horas al estudio y a la lectura. En junio de 1826, Ada, que entonces
tenía diez años, viajó por primera vez fuera de Inglaterra. En el otoño de 1827 acabó su viaje y se
instalaron directamente en Bifrons, una mansión de campo muy alejada de la
ciudad. En ese palacio no ocurría nada del interés de Ada; además su madre
estaba frecuentemente fuera de casa, así que la niña se dedicaba a estudiar y a
dejar volar su imaginación. Ese mismo año Ada empezó su formación en
matemáticas. A los once años estaba obsesionada con la idea de volar; estaba
decidida a inventar una máquina que le permitiera moverse por el aire. Su
primer paso, en febrero de 1828, fue construir alas. Investigó diferentes
materiales y tamaños. Consideró varios materiales para las alas: papel, seda de
aceite, alambres y plumas. Pasó años estudiando la anatomía de las aves para
determinar la proporción correcta entre las alas y el cuerpo, y creando bocetos
de su soñado proyecto. Decidió escribir un libro, Flyology, ilustrando, con
placas, algunos de sus hallazgos. Decidió qué equipo necesitaría; por ejemplo,
una brújula, para "atravesar el país por el camino más directo", para
que pueda superar montañas, ríos y valles. Su último paso fue integrar steam
con el "arte de volar".
El año que cumplía dieciocho
años, Ada empezó a asistir a las fiestas de la alta sociedad londinense. En uno
de sus primeros eventos conoció a Charles Babbage, la única persona que
compartiría su fascinación por las cuestiones de mecánica. Babbage tenía cuarenta
y cuatro años en ese momento y era conocido, entre otras cosas, por el proyecto
que tenía entre manos: una calculadora mecánica que funcionaba sin la ayuda de
un humano, llamada la máquina diferencial.
Ada y Babbage se hicieron amigos. Su relación la estimuló
intelectualmente; le ayudó a avanzar en sus especulaciones sobre el cálculo
hasta concebir una brillante idea: construir un telar de Jacquard aplicado a
los números, o en otras palabras: una computadora. La máquina diferencial de
Babbage tenía todos los elementos que entusiasmaban a Ada, y principalmente
demostraba que un día las máquinas harían posible volar. La amistad entre el
científico y la joven duró toda su vida; se escribieron cartas hasta la muerte
de ella.
En la primavera de 1835 Ada
conoció a William, lord King. El aristócrata era de una familia muy influyente
desde el punto de vista político, social, intelectual y religioso. Poseía
varias propiedades importantes y el título de lord tenía más de un siglo de
antigüedad, así que lady Byron aprobó su relación. El 8 de julio de 1835 se
casaron, convirtiéndose ella en lady King. Su residencia pasó a ser una gran
propiedad en Ockham Park, junto con otra en el Fiordo de Torridon y una más en
Londres. El matrimonio tuvo tres hijos:
Byron, Anne Isabella y Ralph Gordon.
En 1837, William King pasó de
barón a vizconde de Ockham y tomó otro título, el de conde de Lovelace. A
partir de ese momento, Ada siempre firmaría como Ada Lovelace. En sus primeros
años de matrimonio Ada fue muy feliz, pero la falta de ambición de su marido
acabó cansándola, por lo que se refugió de nuevo en las matemáticas. Decidió
que necesitaba buscar un buen mentor que la guiara en su trabajo intelectual y
en el verano de 1840 su madre le encontró uno: el famoso matemático y lógico
Augustus de Morgan. De Morgan creía (como casi toda la sociedad en esos
tiempos) que las mujeres no estaban hechas para estudiar los fundamentos de las
matemáticas ni de otras ciencias. Las preguntas de Ada, según él, eran
impropias de una mujer. En definitiva, le inquietaba que su alumna pensase como
un hombre.
Pero lady Byron y lord Lovelace hicieron caso omiso de la
advertencia del profesor y ella continuó con sus estudios. A pesar de lo que
cambió su vida después de casarse, Ada y Babbage mantuvieron su amistad; él los
visitaba a ella y a su marido con frecuencia. En el otoño de 1840, Babbage
volvió de su estancia en Italia preocupado por su proyecto; cada vez le parecía
más difícil llegar a construir el prototipo totalmente operativo de la máquina
analítica (o diferencial). No tenía suficientes recursos para financiarla, pero
era optimista porque un reconocido científico italiano. En 1841, Ada escribe a
Babbage una carta dejando claro que está interesada en colaborar con él. A
Babbage le pareció bien la idea, así ella empezó traduciendo el artículo del
científico italiano, Luigi Federico Menabrea. Con la traducción del texto ella
tenía dos objetivos: dar a conocer el valioso trabajo de su amigo y cumplir su
sueño de alcanzar una vida intelectual que la elevase por encima de las
exigencias de la maternidad y el matrimonio. Finalmente llamó a su trabajo
Notas, que consistía en su propio estudio sobre la máquina analítica, y como
anexo, la traducción del artículo del italiano. Babbage la asesoró, pero Ada
fue enteramente la autora de ese trabajo. Ada dedica gran parte de su estudio a
describir con un lenguaje muy técnico cómo funcionaría la máquina analítica,
pero también ofrece una serie de observaciones que dejan clara su aportación
teórica. Ella distinguía con claridad entre datos y procesamiento; este
pensamiento era revolucionario en su tiempo. Ada aspiraba a crear la
informática, que ella llamaba la ciencia de las operaciones. Se dio cuenta de
las aplicaciones prácticas de la máquina analítica y llegó incluso a vislumbrar
la posibilidad de digitalizar la música con cedés y sintetizadores. Ada tenía
una idea clara: la máquina analítica y el telar de Jacquard vienen a hacer lo
mismo.
Ada expresa con claridad las tres
funciones que podía cumplir el invento de Babbage: procesar fórmulas
matemáticas expresadas con símbolos, hacer cálculos numéricos y dar resultados
algebraicos en notación literal. Babbage y Ada concebían la máquina analítica
de manera muy distinta. Al primero no le interesaban demasiado sus
consecuencias prácticas. A Ada, por el contrario, le obsesionaban las
aplicaciones del invento. Ella fue la primera en intuir lo que el invento de
Babbage significaba para el progreso tecnológico. Entendió que la tecnología
utilizada en el telar de Jacquard y en la máquina analítica podía aplicarse a
todo proceso que implicara tratar datos: de este modo abría camino a una nueva
ciencia, la de la computación de la información.
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