Magdalena Carmen Frida Kahlo
Calderón, pintora mexicana. Su vida estuvo marcada por el infortunio de
contraer poliomielitis y después por un grave accidente en su juventud que la
mantuvo postrada en cama durante largos periodos, llegando a someterse hasta a
32 operaciones quirúrgicas. Llevó una vida poco convencional. Su obra
pictórica gira temáticamente en torno a su biografía y a su propio sufrimiento.
Fue autora de unas 200 obras, principalmente autorretratos, en los que proyectó
sus dificultades por sobrevivir. La obra de Frida y la de su marido, el
reconocido pintor Diego Rivera, se influyeron mutuamente. Ambos compartieron el
gusto por el arte popular mexicano de raíces indígenas, inspirando a otros
pintores mexicanos del periodo posrevolucionario. En 1939 expuso sus pinturas
en Francia gracias a una invitación de André Breton, quien intentó convencerla
de que eran «surrealistas», aunque Kahlo decía que esta tendencia no correspondía
con su arte ya que ella no pintaba sueños sino su propia vida. Hasta entonces,
Frida Kahlo había pintado solo privadamente y a ella misma le costó admitir que
su obra pudiese tener un interés general. Aunque gozó de la admiración de
destacados pintores e intelectuales de su época como Pablo Picasso, Vasili
Kandinski, André Breton o Marcel Duchamp, su obra alcanzó fama y verdadero
reconocimiento internacional después de su muerte, especialmente a finales de
los años de 1980 y principios de 1990.
Frida fue la tercera hija del
fotógrafo Guillermo Kahlo, inmigrante alemán nacionalizado mexicano y de Matilde
Calderón, mexicana. Sus dos hermanas mayores fueron Matilde y Adriana; después de ellas nació su único hermano,
Guillermo. Además, Frida tuvo tres hermanas mayores por parte del padre: Luisa,
María (nacida en 1896 y Margarita, todas hijas del primer matrimonio de su
padre con María Cardeña.
La vida de Frida estuvo marcada
desde muy temprana edad por el sufrimiento físico y las enfermedades que
padeció. El primero de estos infortunios consistió en una poliomielitis que
contrajo en 1913, dando inicio a una serie de sucesivas enfermedades, lesiones
diversas, accidentes y operaciones. Esta primera enfermedad la obligó a
permanecer nueve meses en cama y le dejó una secuela permanente: la pierna
derecha mucho más delgada que la izquierda. Animada por su padre y como parte
de su rehabilitación, Frida practicó diversos deportes, algunos poco usuales en
la sociedad mexicana de su época para una niña, como fútbol o boxeo. Sin
embargo, la evidente limitación motriz, así como las constantes operaciones
quirúrgicas y tratamientos médicos hicieron que Frida se desarrollara de modo
diferente y con frecuencia se viera impedida de participar con otros niños.
Varios de los cuadros que luego pintara en su vida adulta reflejan la temática
de la soledad de su infancia. Mientras la ambivalencia de sentimientos de amor
y odio caracterizó el vínculo de Frida con su madre, la relación con su padre
siempre fue de mucho cariño y cercanía. Y se hizo aún más estrecha tras la
enfermedad de poliomelitis de Frida, puesto que fue su padre quien
principalmente la acompañó en sus ejercicios y la guio en los programas de
rehabilitación. Frida, a su vez, fue testigo de los continuos y misteriosos
desmayos de su padre, para los que en su temprana infancia nadie le ofreció
explicación alguna. Se trataba de los frecuentes ataques epilépticos que sufría
su padre como secuela de una temprana lesión cerebral. Con el tiempo, Frida
aprendió a prestarle asistencia en estas circunstancias y finalmente se enteró
de su causa. La experiencia compartida de lidiar contra el infortunio de las
enfermedades unió a padre e hija con un lazo muy fuerte de solidaridad y
empatía.
En 1922 ingresó a la Escuela
Nacional Preparatoria de Ciudad de México, prestigiosa institución educativa de
México, que recientemente había comenzado a admitir estudiantes de sexo
femenino. Eran solo 35 mujeres, de un total de dos mil alumnos. Entonces
aspiraba a estudiar medicina. En esta escuela conoció a futuros intelectuales y
artistas mexicanos, como Salvador Novo, y formó parte de un grupo de alumnos
conocidos como Los Cachuchas, llamados así por las gorras que usaban. A este
grupo solo pertenecían dos mujeres: Carmen Jaime y la propia Frida. Los demás
eran todos hombres que en sus vidas de adulto tuvieron éxito intelectual o
profesional en la sociedad mexicana: Agustín Lira, Miguel Lira, Alfonso Villa,
Manuel González Ramírez, Jesús Ríos y Valles, José Gómez Robleda y quien se
convirtiera en su novio, Alejandro Gómez Arias. Los cachuchas eran rebeldes, se
autodefinían como un grupo político, crítico de la autoridad, protestaban
contra las injusticias y se movilizaban por las reformas del sistema escolar.
Pero además se divertían y gastaban bromas en la escuela con gran entusiasmo.
Su actividad y posición política calzaba en algún espacio entre las ideas
anarquistas y revolucionarias románticas.
El 17 de septiembre de 1925
sufrió un grave accidente cuando el autobús en el que ella viajaba fue
arrollado por un tranvía, quedando aplastado contra un muro y completamente
destruido. Regresaba de la escuela a casa junto a Alejandro Gómez Arias, su
novio de entonces. Su columna vertebral quedó fracturada en tres partes,
sufriendo además fracturas en dos costillas, en la clavícula y tres en el hueso
pélvico. Su pierna derecha se fracturó en once partes, su pie derecho se
dislocó, su hombro izquierdo se descoyuntó y un pasamanos la atravesó desde la
cadera izquierda hasta salir por la vagina. Al respecto, Kahlo comentaba que habría
sido esta la forma brutal en la que había perdido su virginidad. A comienzos de 1925, poco antes de este
accidente, había trabajado como aprendiz en el taller de grabado e imprenta de
Fernando Fernández Domínguez, un amigo de su padre que, en medio del trabajo,
le enseñaba a dibujar copiando grabados de Anders Zorn, dado que creía haber
detectado en ella dotes especiales para este arte. La batalla contra las
secuelas de la poliomelitis la hacían inclinarse más bien por actividades
deportivas: Mientras más se moviera y más ejercicio físico sistemático hiciese,
mejores eran sus posibilidades de recuperación. Tras el accidente, en cambio,
trataba de moverse lo menos posible para ayudar a la sanación. Es así como la
pintura cobra un lugar central en su vida. Durante su larga convalecencia
comenzó a pintar de manera más constante. En septiembre de 1926 pintó su primer
autorretrato al óleo que dedicó a Alejandro Gómez Arias. En esta primera obra
emprendió una dinámica que continuaría el resto de su existencia: reflejar en
sus cuadros los sucesos de su vida y los sentimientos que le producían.
En 1927 su pintura se volvió más
compleja. Ese mismo año pintó el Retrato de Miguel N. Lira donde muestra a su
compañero cachucha en un fondo muy particular y simbólico lleno de objetos y
signos que aluden a su nombre. Apenas un año más tarde realizó el retrato de su
hermana Cristina con líneas muy puras y tonos muy suaves.
Por esta época, Frida ya había
comenzado a frecuentar ambientes políticos, artísticos e intelectuales. A
través de Germán de Campo, un dirigente estudiantil muy admirado por Frida,
conoció al comunista cubano Julio Antonio Mella quien vivía exiliado en México
con su pareja de origen italiano, la fotógrafa Tina Modotti, a través de
quienes Frida entró en contacto con el pintor Diego Rivera. Frida y Tina
entablaron rápidamente amistad y esta última empezó a llevar a Frida a las
reuniones políticas de Partido Comunista de México, organización de la que ya
formaban parte varios de sus amigos cachuchas y a la que también se incorporó
formalmente Frida.
La artista contrajo matrimonio
con Diego Rivera el 21 de agosto de 1929. Su relación consistió en amor,
aventuras con otras personas, vínculo creativo, odio, un divorcio en 1939 y un
segundo matrimonio un año después. Al matrimonio lo llegaron a llamar la unión
entre un elefante y una paloma, pues Diego era enorme y obeso mientras que ella
era pequeña y delgada. Por otra parte, Frida, debido a sus lesiones, nunca
llegó a tener hijos, cosa que tardó muchos años en aceptar. En 1930, Frida se
embarazó por primera vez. Sin embargo, debido a la posición anómala del feto y
a las secuelas del accidente de 1925, el embarazo de tres meses debió ser
interrumpido, según decidió el médico Jesús Marín. Por aquel entonces otros
médicos opinaron que probablemente Frida nunca podría tener hijos.
El ambiente político de México
para los simpatizantes de izquierda se volvió complicado debido al gobierno de
Plutarco Elías Calles. Los encargos de murales a Diego Rivera iniciados por el
ministro de educación José Vasconcelos se paralizaron. Como la fama y la
reputación de Rivera había crecido en los Estados Unidos, le surgieron encargos
en el país vecino, trasladando su residencia allí entre 1931 y 1934 y pasando
la mayor parte del tiempo en Nueva York y Detroit. En 1932 le encargaron a
Diego Rivera unos murales para un Museo de Detroit. En abril Frida pintó
Aparador en una calle de Detroit muy influenciada por Giorgio de Chirico. Se
vuelve crítica con la forma de vida estadounidense y lo dejó reflejado en sus
pinturas de entonces. En agosto de ese mismo año contempló un eclipse solar,
por lo que incorporó a algunos de sus cuadros el dualismo noche y día,
convirtiéndose en un elemento iconográfico frecuente y recurrente de su obra. Volvieron a México en 1933. Rivera tuvo un
romance con Cristina, la hermana pequeña de Frida. Anteriormente hubo otras
infidelidades por parte de Rivera, pero este lío con Cristina afectó mucho a
Frida y supuso un giro determinante en sus relaciones de pareja. Aunque
llegaron a superar sus desavenencias, Frida inició otras relaciones amorosas
tanto con hombres como con mujeres que continuaron el resto de su vida. Rivera
tuvo violentos celos sobre las relaciones extramatrimoniales de su esposa
aunque llevaba mejor las relaciones lésbicas de Frida que las heterosexuales. Entre
1937 y 1939 el revolucionario de Ucrania León Trotsky vivió exiliado en la casa
de Frida en Coyoacán junto a su esposa. Allí Frida tendrá un romance con el
líder comunista. Después del asesinato de Trotsky a manos del miembro de la
NKVD estalinista Ramón Mercader, Frida fue acusada de ser autora del mismo.
Esto la llevó a estar arrestada, pero finalmente fue dejada en libertad al
igual que su marido. En 1938 el poeta y ensayista del surrealismo André Bretón
calificó su obra de surrealista en un ensayo que escribió para la exposición de
Kahlo en la galería Julien Levy de Nueva York. No obstante, ella misma declaró
más tarde: "Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis
sueños. Pinté mi propia realidad".
El 6 de noviembre de 1939 Kahlo y
Rivera se divorcian tras una serie de infidelidades, donde el asunto más
doloroso para Frida fue la relación entre Diego y su hermana. Frida regresó
temporalmente a su casa de Coyoacán. Fue un período de ánimo depresivo en el
que la artista consumió alcohol como manera de aliviar sus sufrimiento físico y
psicológico. Hay dos producciones pictóricas importantes en este período de
separación: Las dos Fridas y Dos desnudos en un bosque. El 24 de mayo de 1940
se produjo el primer atentado fallido de Siqueiros contra Trotsky, a raíz del
cual se realizó un allanamiento en la Casa Azul y Frida estuvo detenida por la
policía durante algunas horas. En agosto de este mismo año Trotsky fue
asesinado como consecuencia de un segundo atentado. Frida fue nuevamente
interrogada por la policía. Rivera viajó a San Francisco en junio de 1940 y
Frida lo siguió pocos meses después para someterse en esa ciudad a una nueva
operación quirúrgica con el cirujano Leo Eloesser, quien ya la había tratado
diez años antes, en la primera estadía de la pareja en San Francisco. Tras
recuperarse de esta operación viajó a Nueva York.
Después del divorcio, Frida y
Diego continuaron compartiendo gran parte de la vida social, artística y
política que los unía. Frida llegó en septiembre a San Francisco y solo dos
meses más tarde, la pareja decidió volver a casarse. El nuevo acuerdo amistoso
consistirá en vivir juntos, compartir los gastos, continuar con la colaboración
artística y excluir de su relación la vida sexual de pareja. Durante estos
años, el reconocimiento artístico a su obra se fue incrementando, especialmente
en EE. UU. Participó en importantes exposiciones colectivas en el Museo de Arte
Moderno de Nueva York, en el Instituto de Arte Contemporáneo de Boston y en el
Museo de Arte de Filadelfia. A partir de 1943 dio clases en la escuela La Esmeralda
de la Ciudad de México. En 1950 debió ser hospitalizada en Ciudad de México
permaneciendo en el hospital un año.
En 1953 en la Ciudad de México se
organizó la única exposición individual en su país durante la vida de la
artista. En una de las críticas se dijo: «es imposible separar la vida y obra
de esta persona... sus pinturas son su biografía». La salud de Frida estaba muy
deteriorada y los médicos le prohibieron concurrir a la misma. No obstante,
llegó en una ambulancia, asistiendo a su exposición en una cama de hospital.
Los fotógrafos y los periodistas se quedaron impresionados. La cama fue colocada
en el centro de la galería y Frida contó chistes, cantó y bebió la tarde
entera. La exhibición había sido un rotundo éxito. Ese mismo año le tuvieron
que amputar la pierna por debajo de la rodilla debido a una infección de
gangrena. Esto la sumió en una gran depresión que la llevó a intentar el
suicidio en un par de ocasiones, utilizando para ello los opiáceos prescritos.
Durante ese tiempo escribía poemas en sus diarios, la mayoría relacionados con
el dolor y el sufrimiento. En febrero de 1954 Frida escribió explícitamente en
su diario acerca de sus ideas suicidas. Describiendo como una gran tortura los
dolores físicos y psíquicos de los últimos seis meses tras la amputación;
señaló que, aunque continúa pensando en quitarse la vida, lo único que la retenía
era Diego Rivera, a quien no deseaba abandonar porque tiene "la
vanidad" de creer que ella le hará falta. El 19 de abril de 1954 ingresó
al hospital inglés tras un intento de suicidio y, aunque escribió en su diario
que ha prometido no recaer, el 6 de mayo, tienen que hospitalizarla nuevamente
por el mismo motivo. Sin embargo, el ánimo y la valentía la acompañarían hasta
el final: movilizándose en silla de ruedas, el 2 de julio participó, junto a
Diego de Rivera y Juan O'Gorman, en una manifestación de protesta contra la
intervención estadounidense en Guatemala. Frida Kahlo murió en Coyoacán el 13
de julio de 1954. No se realizó ninguna autopsia. Sus restos fueron velados en
el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. Su cuerpo fue incinerado en
el Crematorio Civil de Dolores y sus cenizas se conservan en la Casa Azul de
Coyoacán, el lugar que también la vio nacer.
Símbolo del feminismo
En la sociedad de su tiempo, donde
la supremacía de lo masculino constituía el sentido común, la mujer jugaba un
papel que claramente la supeditaba al varón. Frida, a pesar de estar casada y
de demostrar el gran amor que sentía hacia su marido, se mostró autosuficiente
y fuerte. Se representó en su obra de manera ambigua, con características
sexuales andróginas, con algunos rasgos considerados como masculinos,
exagerando sus cejas y su incipiente bigote. Fue de las primeras pintoras que
expresó en su obra la identidad femenina desde su propia óptica, rechazando la
visión de lo femenino que se dibujaba desde el tradicional mundo masculino.
Ella fue una de las que contribuyeron en la formación de un nuevo tipo de
identidad para la mujer y es reconocida, hoy, por muchos, como un símbolo.
Frida Kahlo fue la perfecta heroína feminista de los años 80.
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