jueves, 13 de febrero de 2020

FRIDA KAHLO

 


Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, pintora mexicana.​ Su vida estuvo marcada por el infortunio de contraer poliomielitis y después por un grave accidente en su juventud que la mantuvo postrada en cama durante largos periodos, llegando a someterse hasta a 32 operaciones quirúrgicas. Llevó una vida poco convencional.​ Su obra pictórica gira temáticamente en torno a su biografía y a su propio sufrimiento. Fue autora de unas 200 obras, principalmente autorretratos, en los que proyectó sus dificultades por sobrevivir. La obra de Frida y la de su marido, el reconocido pintor Diego Rivera, se influyeron mutuamente. Ambos compartieron el gusto por el arte popular mexicano de raíces indígenas, inspirando a otros pintores mexicanos del periodo posrevolucionario. En 1939 expuso sus pinturas en Francia gracias a una invitación de André Breton, quien intentó convencerla de que eran «surrealistas», aunque Kahlo decía que esta tendencia no correspondía con su arte ya que ella no pintaba sueños sino su propia vida. Hasta entonces, Frida Kahlo había pintado solo privadamente y a ella misma le costó admitir que su obra pudiese tener un interés general. Aunque gozó de la admiración de destacados pintores e intelectuales de su época como Pablo Picasso, Vasili Kandinski, André Breton o Marcel Duchamp, su obra alcanzó fama y verdadero reconocimiento internacional después de su muerte, especialmente a finales de los años de 1980 y principios de 1990.
Frida fue la tercera hija del fotógrafo Guillermo Kahlo, inmigrante alemán nacionalizado mexicano y de Matilde Calderón, mexicana.​ Sus dos hermanas mayores fueron Matilde  y Adriana; después de ellas nació su único hermano, Guillermo. Además, Frida tuvo tres hermanas mayores por parte del padre: Luisa, María (nacida en 1896 y Margarita, todas hijas del primer matrimonio de su padre con María Cardeña.
La vida de Frida estuvo marcada desde muy temprana edad por el sufrimiento físico y las enfermedades que padeció. El primero de estos infortunios consistió en una poliomielitis que contrajo en 1913, dando inicio a una serie de sucesivas enfermedades, lesiones diversas, accidentes y operaciones. Esta primera enfermedad la obligó a permanecer nueve meses en cama y le dejó una secuela permanente: la pierna derecha mucho más delgada que la izquierda. Animada por su padre y como parte de su rehabilitación, Frida practicó diversos deportes, algunos poco usuales en la sociedad mexicana de su época para una niña, como fútbol o boxeo. Sin embargo, la evidente limitación motriz, así como las constantes operaciones quirúrgicas y tratamientos médicos hicieron que Frida se desarrollara de modo diferente y con frecuencia se viera impedida de participar con otros niños. Varios de los cuadros que luego pintara en su vida adulta reflejan la temática de la soledad de su infancia. Mientras la ambivalencia de sentimientos de amor y odio caracterizó el vínculo de Frida con su madre, la relación con su padre siempre fue de mucho cariño y cercanía. Y se hizo aún más estrecha tras la enfermedad de poliomelitis de Frida, puesto que fue su padre quien principalmente la acompañó en sus ejercicios y la guio en los programas de rehabilitación. Frida, a su vez, fue testigo de los continuos y misteriosos desmayos de su padre, para los que en su temprana infancia nadie le ofreció explicación alguna. Se trataba de los frecuentes ataques epilépticos que sufría su padre como secuela de una temprana lesión cerebral. Con el tiempo, Frida aprendió a prestarle asistencia en estas circunstancias y finalmente se enteró de su causa. La experiencia compartida de lidiar contra el infortunio de las enfermedades unió a padre e hija con un lazo muy fuerte de solidaridad y empatía.


En 1922 ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria de Ciudad de México, prestigiosa institución educativa de México, que recientemente había comenzado a admitir estudiantes de sexo femenino. Eran solo 35 mujeres, de un total de dos mil alumnos.​ Entonces aspiraba a estudiar medicina. En esta escuela conoció a futuros intelectuales y artistas mexicanos, como Salvador Novo, y formó parte de un grupo de alumnos conocidos como Los Cachuchas, llamados así por las gorras que usaban. A este grupo solo pertenecían dos mujeres: Carmen Jaime y la propia Frida. Los demás eran todos hombres que en sus vidas de adulto tuvieron éxito intelectual o profesional en la sociedad mexicana: Agustín Lira, Miguel Lira, Alfonso Villa, Manuel González Ramírez, Jesús Ríos y Valles, José Gómez Robleda y quien se convirtiera en su novio, Alejandro Gómez Arias. Los cachuchas eran rebeldes, se autodefinían como un grupo político, crítico de la autoridad, protestaban contra las injusticias y se movilizaban por las reformas del sistema escolar. Pero además se divertían y gastaban bromas en la escuela con gran entusiasmo. Su actividad y posición política calzaba en algún espacio entre las ideas anarquistas y revolucionarias románticas.​
El 17 de septiembre de 1925 sufrió un grave accidente cuando el autobús en el que ella viajaba fue arrollado por un tranvía, quedando aplastado contra un muro y completamente destruido. Regresaba de la escuela a casa junto a Alejandro Gómez Arias, su novio de entonces. Su columna vertebral quedó fracturada en tres partes, sufriendo además fracturas en dos costillas, en la clavícula y tres en el hueso pélvico. Su pierna derecha se fracturó en once partes, su pie derecho se dislocó, su hombro izquierdo se descoyuntó y un pasamanos la atravesó desde la cadera izquierda hasta salir por la vagina. Al respecto, Kahlo comentaba que habría sido esta la forma brutal en la que había perdido su virginidad.  A comienzos de 1925, poco antes de este accidente, había trabajado como aprendiz en el taller de grabado e imprenta de Fernando Fernández Domínguez, un amigo de su padre que, en medio del trabajo, le enseñaba a dibujar copiando grabados de Anders Zorn, dado que creía haber detectado en ella dotes especiales para este arte.​ La batalla contra las secuelas de la poliomelitis la hacían inclinarse más bien por actividades deportivas: Mientras más se moviera y más ejercicio físico sistemático hiciese, mejores eran sus posibilidades de recuperación. Tras el accidente, en cambio, trataba de moverse lo menos posible para ayudar a la sanación. Es así como la pintura cobra un lugar central en su vida. Durante su larga convalecencia comenzó a pintar de manera más constante. En septiembre de 1926 pintó su primer autorretrato al óleo que dedicó a Alejandro Gómez Arias. En esta primera obra emprendió una dinámica que continuaría el resto de su existencia: reflejar en sus cuadros los sucesos de su vida y los sentimientos que le producían.
En 1927 su pintura se volvió más compleja. Ese mismo año pintó el Retrato de Miguel N. Lira donde muestra a su compañero cachucha en un fondo muy particular y simbólico lleno de objetos y signos que aluden a su nombre. Apenas un año más tarde realizó el retrato de su hermana Cristina con líneas muy puras y tonos muy suaves.
Por esta época, Frida ya había comenzado a frecuentar ambientes políticos, artísticos e intelectuales. A través de Germán de Campo, un dirigente estudiantil muy admirado por Frida, conoció al comunista cubano Julio Antonio Mella quien vivía exiliado en México con su pareja de origen italiano, la fotógrafa Tina Modotti, a través de quienes Frida entró en contacto con el pintor Diego Rivera. Frida y Tina entablaron rápidamente amistad y esta última empezó a llevar a Frida a las reuniones políticas de Partido Comunista de México, organización de la que ya formaban parte varios de sus amigos cachuchas y a la que también se incorporó formalmente Frida.
La artista contrajo matrimonio con Diego Rivera el 21 de agosto de 1929. Su relación consistió en amor, aventuras con otras personas, vínculo creativo, odio, un divorcio en 1939 y un segundo matrimonio un año después. Al matrimonio lo llegaron a llamar la unión entre un elefante y una paloma, pues Diego era enorme y obeso mientras que ella era pequeña y delgada. Por otra parte, Frida, debido a sus lesiones, nunca llegó a tener hijos, cosa que tardó muchos años en aceptar. En 1930, Frida se embarazó por primera vez. Sin embargo, debido a la posición anómala del feto y a las secuelas del accidente de 1925, el embarazo de tres meses debió ser interrumpido, según decidió el médico Jesús Marín. Por aquel entonces otros médicos opinaron que probablemente Frida nunca podría tener hijos.


El ambiente político de México para los simpatizantes de izquierda se volvió complicado debido al gobierno de Plutarco Elías Calles. Los encargos de murales a Diego Rivera iniciados por el ministro de educación José Vasconcelos se paralizaron. Como la fama y la reputación de Rivera había crecido en los Estados Unidos, le surgieron encargos en el país vecino, trasladando su residencia allí entre 1931 y 1934 y pasando la mayor parte del tiempo en Nueva York y Detroit. En 1932 le encargaron a Diego Rivera unos murales para un Museo de Detroit. En abril Frida pintó Aparador en una calle de Detroit muy influenciada por Giorgio de Chirico. Se vuelve crítica con la forma de vida estadounidense y lo dejó reflejado en sus pinturas de entonces.​ En agosto de ese mismo año contempló un eclipse solar, por lo que incorporó a algunos de sus cuadros el dualismo noche y día, convirtiéndose en un elemento iconográfico frecuente y recurrente de su obra.  Volvieron a México en 1933. Rivera tuvo un romance con Cristina, la hermana pequeña de Frida. Anteriormente hubo otras infidelidades por parte de Rivera, pero este lío con Cristina afectó mucho a Frida y supuso un giro determinante en sus relaciones de pareja. Aunque llegaron a superar sus desavenencias, Frida inició otras relaciones amorosas tanto con hombres como con mujeres que continuaron el resto de su vida. Rivera tuvo violentos celos sobre las relaciones extramatrimoniales de su esposa aunque llevaba mejor las relaciones lésbicas de Frida que las heterosexuales. Entre 1937 y 1939 el revolucionario de Ucrania León Trotsky vivió exiliado en la casa de Frida en Coyoacán junto a su esposa. Allí Frida tendrá un romance con el líder comunista. Después del asesinato de Trotsky a manos del miembro de la NKVD estalinista Ramón Mercader, Frida fue acusada de ser autora del mismo. Esto la llevó a estar arrestada, pero finalmente fue dejada en libertad al igual que su marido. En 1938 el poeta y ensayista del surrealismo André Bretón calificó su obra de surrealista en un ensayo que escribió para la exposición de Kahlo en la galería Julien Levy de Nueva York. No obstante, ella misma declaró más tarde: "Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños. Pinté mi propia realidad".

 

El 6 de noviembre de 1939 Kahlo y Rivera se divorcian tras una serie de infidelidades, donde el asunto más doloroso para Frida fue la relación entre Diego y su hermana. Frida regresó temporalmente a su casa de Coyoacán. Fue un período de ánimo depresivo en el que la artista consumió alcohol como manera de aliviar sus sufrimiento físico y psicológico. Hay dos producciones pictóricas importantes en este período de separación: Las dos Fridas y Dos desnudos en un bosque. El 24 de mayo de 1940 se produjo el primer atentado fallido de Siqueiros contra Trotsky, a raíz del cual se realizó un allanamiento en la Casa Azul y Frida estuvo detenida por la policía durante algunas horas. En agosto de este mismo año Trotsky fue asesinado como consecuencia de un segundo atentado. Frida fue nuevamente interrogada por la policía. Rivera viajó a San Francisco en junio de 1940 y Frida lo siguió pocos meses después para someterse en esa ciudad a una nueva operación quirúrgica con el cirujano Leo Eloesser, quien ya la había tratado diez años antes, en la primera estadía de la pareja en San Francisco. Tras recuperarse de esta operación viajó a Nueva York.
Después del divorcio, Frida y Diego continuaron compartiendo gran parte de la vida social, artística y política que los unía. Frida llegó en septiembre a San Francisco y solo dos meses más tarde, la pareja decidió volver a casarse. El nuevo acuerdo amistoso consistirá en vivir juntos, compartir los gastos, continuar con la colaboración artística y excluir de su relación la vida sexual de pareja. Durante estos años, el reconocimiento artístico a su obra se fue incrementando, especialmente en EE. UU. Participó en importantes exposiciones colectivas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en el Instituto de Arte Contemporáneo de Boston y en el Museo de Arte de Filadelfia. A partir de 1943 dio clases en la escuela La Esmeralda de la Ciudad de México. En 1950 debió ser hospitalizada en Ciudad de México permaneciendo en el hospital un año.​


En 1953 en la Ciudad de México se organizó la única exposición individual en su país durante la vida de la artista. En una de las críticas se dijo: «es imposible separar la vida y obra de esta persona... sus pinturas son su biografía». La salud de Frida estaba muy deteriorada y los médicos le prohibieron concurrir a la misma. No obstante, llegó en una ambulancia, asistiendo a su exposición en una cama de hospital. Los fotógrafos y los periodistas se quedaron impresionados. La cama fue colocada en el centro de la galería y Frida contó chistes, cantó y bebió la tarde entera. La exhibición había sido un rotundo éxito. Ese mismo año le tuvieron que amputar la pierna por debajo de la rodilla debido a una infección de gangrena. Esto la sumió en una gran depresión que la llevó a intentar el suicidio en un par de ocasiones, utilizando para ello los opiáceos prescritos. Durante ese tiempo escribía poemas en sus diarios, la mayoría relacionados con el dolor y el sufrimiento. En febrero de 1954 Frida escribió explícitamente en su diario acerca de sus ideas suicidas. Describiendo como una gran tortura los dolores físicos y psíquicos de los últimos seis meses tras la amputación; señaló que, aunque continúa pensando en quitarse la vida, lo único que la retenía era Diego Rivera, a quien no deseaba abandonar porque tiene "la vanidad" de creer que ella le hará falta. El 19 de abril de 1954 ingresó al hospital inglés tras un intento de suicidio y, aunque escribió en su diario que ha prometido no recaer, el 6 de mayo, tienen que hospitalizarla nuevamente por el mismo motivo. Sin embargo, el ánimo y la valentía la acompañarían hasta el final: movilizándose en silla de ruedas, el 2 de julio participó, junto a Diego de Rivera y Juan O'Gorman, en una manifestación de protesta contra la intervención estadounidense en Guatemala. Frida Kahlo murió en Coyoacán el 13 de julio de 1954. No se realizó ninguna autopsia. Sus restos fueron velados en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. Su cuerpo fue incinerado en el Crematorio Civil de Dolores y sus cenizas se conservan en la Casa Azul de Coyoacán, el lugar que también la vio nacer.


Símbolo del feminismo
En la sociedad de su tiempo, donde la supremacía de lo masculino constituía el sentido común, la mujer jugaba un papel que claramente la supeditaba al varón. Frida, a pesar de estar casada y de demostrar el gran amor que sentía hacia su marido, se mostró autosuficiente y fuerte. Se representó en su obra de manera ambigua, con características sexuales andróginas, con algunos rasgos considerados como masculinos, exagerando sus cejas y su incipiente bigote. Fue de las primeras pintoras que expresó en su obra la identidad femenina desde su propia óptica, rechazando la visión de lo femenino que se dibujaba desde el tradicional mundo masculino. Ella fue una de las que contribuyeron en la formación de un nuevo tipo de identidad para la mujer y es reconocida, hoy, por muchos, como un símbolo.​ Frida Kahlo fue la perfecta heroína feminista de los años 80.



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