María Luz Morales Godoy, fue una
periodista pionera del periodismo cultural y escritora española del siglo XX.
Fue la primera mujer en España directora de un diario nacional, La Vanguardia,
que dirigió entre 1936-1937 al inicio de la Guerra Civil Española. En enero de
1940 fue detenida durante 40 días y tras la guerra inhabilitada
profesionalmente por el franquismo. Con el retorno de la democracia continuó
con su actividad, colaborando con Diario de Barcelona hasta su muerte, a los 90
años de edad. Está considerada una referencia de la incorporación de la mujer a
la actividad periodística y literaria en la España del siglo XX.
Nació en La Coruña pero su vida
transcurrió en Barcelona donde su familia se trasladó cuando ella aún era una
niña por la profesión de su padre, funcionario de Hacienda. La escritora Mª
Ángeles Cabré, autora de su biografía explica que se hizo periodista cultural
en la cocina de su casa. No había otro lugar en España para que las niñas y
jóvenes de finales del siglo XIX forjaran sus vocaciones.
Tras diplomarse en Filosofía y
Letras en la Universidad Nova decidió adoptar el oficio de escritora para ser
periodista, una profesión no habitual para las mujeres que firmaban artículos
en las revistas pero no participaban en el día a día del periodismo activo. Sus
primeros pasos los dio en 1921 dirigiendo El hogar y la moda (antecedente de la
revista Lecturas). María Luz había enviado sus crónicas sobre moda a un
concurso convocado por la publicación para cubrir la plaza de dirección y
resultó vencedora. Estuvo al frente de la revista durante cinco años. En 1923
envió a La Vanguardia unos ensayos sobre Don Juan y sobre teatro de los niños.
Su calidad literaria le abrieron la puerta del periódico. En 1924 se hace cargo
de la crítica cinematográfica, considerado todavía un espectáculo menor y firma
una sección semanal "Vida cinematográfica" con el seudónimo de Felipe
Centeno, nombre de un personaje de Benito Pérez Galdós. La periodista pasa a
ser una persona más de la redacción de La Vanguardia, aunque es la única mujer.
Después pasa a ocuparse de la crítica teatral, más valorada, y empieza a firmar
con su nombre.
Su trabajo como crítica
cinematográfica intereso a la productora Paramount Pictures. Tras una
entrevista con ella fue contratada por la productora estadounidense, como
responsable de la asesoría literaria de sus películas y, con la llegada del
cine sonoro, de la traducción y adaptación de sus diálogos. Compaginó estas
ocupaciones con una colaboración en el diario reformista madrileño El Sol
considerado "el periódico de la intelectualidad" haciéndose cargo de
la página La mujer, el niño y el hogar hasta su cierre en 1936. Carismática y
combativa, en 1931 presidió en Barcelona la Residencia Internacional de
Señoritas Estudiantes, se implicó en la Conferencia Club de Isabel Llorach y
trabó amistad con autoras de la talla de Gabriela Mistral.
Paralelamente, llevaba a cabo su
intensa actividad literaria, cultivando la literatura infantil con adaptaciones
infantiles de obras maestras de la literatura, publicadas bajo la editorial que
dirigía, Ediciones Araluce. A partir de 1933 cambió su predilección
cinematográfica por el teatro, su gran pasión, lo que le llevó a escribir, en
colaboración con Elisabeth Mulder, la obra Romance de media noche. A principios
de julio de 1936, participó en las celebraciones por la aprobación del Estatuto
de Autonomía de Galicia. Días después estalló la Guerra Civil Española. El gobierno de la Generalidad decretó la
incautación de algunos periódicos entre los que se encontraba La Vanguardia que
quedó bajo el control de un comité obrero CNT-UGT constituido el 19 de julio de
1936. El 8 de agosto, tras la huida del director Agustí Calvet,
"Gaziel" al exilio, el comité del diario decide nombrar a María Luz
Morales, la única mujer de la redacción. Acepta pero advierte que será
provisional: "Accedo pero con una condición. Conozco perfectamente la
técnica del periódico. Tendré cuidado de la marcha de la redacción… Pero si
acepto es sólo con carácter provisional. En cuanto a la parte política, tiene que
llevarla otro. Yo sólo haré periodismo".
En La Vanguardia al día siguiente
se publica el siguiente anuncio:
"De acuerdo con la tendencia
social y económica que inspira al Gobierno de Cataluña, se halla actualmente
controlada por un Comité Obrero, integrado por representantes de la Redacción,
Talleres, Administración y demás secciones de la misma. Entre los acuerdos que
en los primeros momentos adoptó este Comité, figura el de nombrar para los
cargos de Director y Administrador, a los compañeros María Luz Morales y
Carmelo Avellá, respectivamente".
Ocupó el puesto durante algo más
de seis meses convirtiéndose en la primera mujer en asumir la dirección de un
periódico de cabecera nacional lo que le valió ser represaliada por el régimen
franquista. Durante la guerra, en 1939, colaboró en el guion de la película
documental Sierra de Teruel, que dirigió André Malraux con fines
propagandísticos. Todos los redactores de La Vanguardia fueron cesados y
pendientes de enjuiciamiento, se les retiró su pasaporte y fueron deshabilitados
como periodistas. En 1940 acusada de ser la directora del diario durante la
guerra y de pertenencia al Partido Galeguista, María Luz Morales fue
encarcelada durante 40 días en el convento de Sarriá barcelonés. Durante ese
período, del cual siempre se negó a hablar, escribió varias novelas que firmó
con los seudónimos de Ariel y Jorge Marineda. Publicó una de las primeras
historias del cine en castellano y colaboró con la Editorial Araluce en la
adaptación de varios clásicos para el público infrantil dirigiendo la colección
Las obras maestras al alcance de los niños. Trabajó en la Editorial Salvat al
frente de la enciclopedia Universitas y creó la Editorial Surco. En 1948 empezó
a colaborar, como crítica teatral, en el Diario de Barcelona, y poco a poco fue
recuperando su actividad literaria y colaborar en la revista Lecturas. En 1958
su novela El amor empieza en sábado fue llevada al cine bajo la dirección de
Victorio Aguado Candela.
Tras la muerte de Franco, la
transición democrática y la llegada de las libertades, muchos depurados se
fueron reincorporando a la vida pública, y el 24 de enero de 1978, junto con un
numeroso grupo de compañeros, María Luz Morales fue rehabilitada como
periodista. Tras su reincorporación, continuó su actividad, ya como redactora,
en el Diario de Barcelona, donde continuó escribiendo hasta su muerte, en 1980.
Algunas de sus adaptaciones para
niños de clásicos como Homero, Esquilo, Sófocles, Dante, Shakespeare, Goethe,
Cervantes y Tirso de Molina se siguen editando en la actualidad en España e
Hispanoamérica.
Según la escritora Mª Ángeles
Cabré, directora del Observatorio Cultural de Género, María Luz Morales sería
la primera periodista cultural mujer en España con el precedente de Carmen de
Burgos, la primera periodista profesional del país.
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